Un Dios que comprende tu estado espiritual
Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. Y aquella noche lo hizo Dios así; solo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío. Jueces 6:39, 40.
¿Es Dios inflexible o consentidor? ¿No hay una postura pedagógica que nos dice que no debemos ceder a los caprichos de nuestros hijos, porque sería malcriarlos? ¿No dice la Biblia que la fe es la condición para poder contar con la bendición de Dios?
Sin embargo, en la Biblia encontramos lo que en lenguaje teológico se ha denominado “tensiones teológicas”, o “paradojas bíblicas”; es decir, aparentes contradicciones en el texto bíblico, que en realidad no son contradicciones, sino conceptos que se complementan, que presentan las dos o más caras que tiene una cuestión.
Dios se aparece a Gedeón, y lo llama para ser el libertador de su pueblo oprimido por los madianitas. Pero Gedeón cuestiona a Dios diciéndole que si realmente estuviera con su pueblo no permitiría esta opresión (vers. 13). Dios pasa por alto esta expresión de duda, y le asegura a Gedeón que él salvará a Israel de mano de los madianitas (vers. 14).
Este hombre a quien Dios había calificado como “varón esforzado y valiente”, y que se muestra como un ser muy inseguro, le pide a Dios una serie de señales para asegurarse el apoyo divino en este conflicto.
Lo maravilloso es que el Soberano del universo condesciende con las limitaciones humanas de este hombre. Dios conoce cada corazón, “conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo” (Sal. 103:14). Sabe de la fragilidad y las limitaciones que tiene cada uno de nosotros y, por lo tanto, sabe exactamente qué tipo de trato espiritual NECESITAMOS en forma individual, de parte de él, para que salgamos adelante en nuestra vida espiritual. Y así como condescendió con Gedeón, a fin de animar a este dubitativo e inseguro hijo de Dios, tu Padre tendrá misericordia de ti y te dará lo que necesites para afirmar tu fe, y para poner tu vida en un plano de seguridad espiritual, fortaleza y paz.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie
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